Ya hemos visto cómo, de los numerosos encantos que tiene la tierra gallega, el principal es que es un auténtico paraíso para todo aquel que adore practicar actividades al aire libre. A pesar de que la climatología no acompaña todo lo que sería deseable, es precisamente ella la responsable de que se puedan disfrutar en Galicia de verdes bosques, fragantes praderas, ríos caudalosos, colinas y montañas llenas de vegetación, y playas y rías de enorme belleza y salvajes rompientes. Y todo ello sin salir de sus escasos 30000 km².
Ya hemos hablado de la Costa Da Morte, un lugar para los que gustan de los deportes acuáticos extremos, pero no hay que quedarse solamente con ello, cuando hay muchas más alternativas. Si eso del peligro no es lo tuyo, puedes dedicarte a actividades más tranquilas y seguras, como son el senderismo, el paseo a caballo, o deportes típicos como el voleyball, el footing, el running, sin olvidar otras disciplinas más elevadas como el yoga y la meditación. Y todo ello rodeado de los magníficos parajes naturales que nos ofrece el lugar.
Siempre es bueno realizar algún tipo de ejercicio moderado, es imprescindible para llevar un estilo de vida sana. Más allá de la actividad elegida, todo lo que sea abandonar una forma de vida sedentaria es una buena idea, y eso sin hablar de los múltiples beneficios. Porque llevar una vida activa puede mejorar nuestro cuerpo de formas que ni imaginamos, y también nuestra mente: mejora nuestra psique alejándonos de estados depresivos, nos hace ser conscientes de nuestro cuerpo, ayuda a que los órganos funciones más activamente y eviten su oxidación, y… ¿sabías que se pueden hacer ejercicios para mejorar las relaciones sexuales? Eso sí que es un buen incentivo, ¿no te parece?
Ja, seguro que el haber nombrado el sexo ha animado tu lectura, aunque tengo que reconocer que sí que hay algo de lo que carece este lugar. Con pesar, te cuento que la imagen de chicas en bikini disfrutando del sol, el mar y la arena, mientras lucen palmito paseando de aquí por allá por la línea de playa, eso… no lo vas a encontrar fácilmente por acá. Cierto que en algunos momentos puntuales en pleno estío podrías encontrarte con alguna estampa parecida, o puede en que en otra fecha también alguna valiente se atreva a hacerlo a pesar de las condiciones atmosférica… pero no es lo normal. Y olvídate de poder pillar chicas follando entre matojos lo bastante altos para cubrirla a ella y a su pareja, para que puedas comportarte como todo un porno voyeur y verlas desnudas y en plena acción; por desgracia, el sexo al aire libre aquí no es muy común, aunque puedes llevarte alguna sorpresa, desde luego. Sólo en cosas así suelo sentir envidia por el Sur de España, la verdad.
Pero pronto se me pasa porque, como digo, mi comunidad y mi provincia me ofrecen un montón de alternativas, quizá no tan excitantes, pero seguro que igual de divertidas. Y no sólo hay que quedarse en la playa, porque el interior también tiene mucho que ofrecer. Puede que el ejercicio no sea lo tuyo, lo acepto, pero siempre puedes tirar de la curiosidad propia de un turista, queriendo observar la forma de vida de aquellos lugares a los que va. Y por si eso no es suficiente, puedes empaparte de historia, sobre todo antigua, cuando pasees por nuestros castros o nuestros monolitos, mudos representantes de nuestro pasado celta y romano. Ah, y no te olvides por supuesto de nuestra gastronomía, todos esos platos exquisitos de pescado y carne, regados con los buenos vinos de la región que no tienen parangón…
Pero no lo dudes, la mayor belleza de Galicia se percibe en sus calles, en sus campos y en sus costas, sea cual sea la actividad que tú prefieras realizar.